Cada vez son más los usuarios que pierden la confianza en sus seguros ya que, a la hora de la verdad, acaban sintiéndose engañados, desatendidos, e incluso desprotegidos. Para poder contrarrestar esto, deberíamos comenzar aceptando que la idea de contratar un seguro no se trata de un gasto, si no una inversión.
Lo llamamos inversión porque al final estamos garantizando la existencia de una protección, de una cobertura y de un futuro servicio en caso de que surja algún problema. Se trata de algo tan importante como proteger la vida y el patrimonio de aquellos que confían en nosotros.
Todos hemos oído historias sobre el seguro que se quiso desentender de cubrir un siniestro, o alguna mala gestión sobre alguna compañía. Nuestra intención no es defender a las aseguradoras, ni mucho menos, pero la realidad en ocasiones suele ser bien distinta a la que nos cuentan.
Los seguros son compromisos formales entre una entidad aseguradora y los usuarios. Decimos formales, porque se formalizan por escrito (ya sea en papel, o en formato digital). En cada póliza hay una serie de condiciones generales y específicas que describen a la perfección el alcance y limitación de esa cobertura. En ocasiones nos enfrentamos a casos en los que un seguro resulta más barato que otro no porque “nuestro amigo nos hace el máximo descuento”. La realidad es que la prima oscilará, entre otros factores, en función de lo amplia o reducida que sea la cobertura, eclipsando por completo ese “favor” que nos hizo nuestro “amigo” a la hora de cobrarnos menos.
Tras explicar esto, volvemos al inicio del post. Hay ocasiones que sentimos que hemos sido engañados, pero la realidad es que el seguro protege hasta donde contratamos. Ni más ni menos. Si queremos reclamar algo a las aseguradoras, ganaremos esa reclamación siempre que el caso esté contemplado en nuestra póliza. De lo contrario, no cubre, por mucho que intentemos reclamar. Como ejemplos, tal vez un poco exagerados pero cotidianos:
- Si no contratamos un seguro contra el impacto de un meteorito, y cae justo uno en nuestro vehículo, la aseguradora no nos amparará.
- Si sufrimos un robo en nuestra vivienda y acceden a la caja fuerte, pero esta no está empotrada, ni pesa más de 100 kg, ni tampoco está anclada al suelo, la aseguradora no lo tendrá en cuenta por lo que no quedaría cubierto.
- Si sufrimos una avería en un aparato sanitario, y no hemos contratado indemnización por sobrecostes de consumo de agua, la aseguradora no abonará esa factura “extraordinaria” de agua por la incidencia.
- Si le dejamos el coche a nuestro hijo de 20 años, y tiene un accidente del que resulta ser culpable, pero no se incluyó en la póliza, la aseguradora podrá desentenderse.
No es una estafa. No es una injusticia. Sencillamente son conceptos que no están asegurados, y cuya diferencia en la prima anual apenas hubiese supuesto unos pocos euros. Siempre queda a la elección del usuario final elegir como ser protegido. La realidad es que incluir todos los riesgos puede encarecer la prima. Pero no incluirlos nos dejaría absolutamente desprotegidos. La clave es encontrar un equilibrio, y esto solo se logra si permitimos que un profesional nos asesore, nos guíe y analice, en base a un exhaustivo cuestionario sobre nuestro perfil, a qué riesgos estamos expuestos.
Existen casos en los que el usuario final acepta y contrata un seguro analizando exclusivamente el precio. Esto se hace latente especialmente en plataformas de comparación de seguros online, y tenemos la ABSOLUTA CERTEZA de que la mitad de los usuarios no leen las cláusulas y exclusiones de sus pólizas.
La realidad es que a todos nos parece genial pagar más barato. Ahorrar dinero. Gastar menos. Pero de nada servirá si en un futuro ese “poco dinero” que gastaste en un seguro no responde como te gustaría.
Lo conveniente es no considerar el seguro como un producto a subastar. Siempre se pueden conseguir coberturas más o menos baratas, apoyándose en empresas que colaboren con distintas aseguradoras como es MEDIAcomercial. Nuestra intención es que el seguro proteja a nuestros usuarios como realmente les gustaría. Queremos que el usuario pague poco, y por supuesto que su seguro responda. Buscamos, sobre todo, evitar una mala configuración del seguro y para ello atendemos cada caso de forma individual, y conocer cuales son los riesgos a los que nuestro cliente está expuesto para darle el asesoramiento que necesita y elegir lo mejor, centrándonos en las coberturas que necesita y desechando aquellas incompatibles. De nada sirve ahorrarse 100€ si a los pocos meses tendremos un siniestro descubierto, que nos vaya a costar miles…
Pueden confiar en que escucharemos cada caso, independientemente del seguro que necesiten. Pondremos en manos de nuestros asesores la búsqueda del seguro que mejor encaje con su perfil y clasificaremos las distintas alternativas, para que usted pueda conocer de primera mano qué alternativas REALES le ofrece el mercado, y clasificar así en función de sus precios.
Si tiene algún caso que le gustaría estudiar, no dude en contactar con nosotros. Estaremos encantados de atenderle.